Generalmente se cree que el correo electrónico es totalmente privado, que nadie, excepto el receptor del mensaje, puede leer el mensaje que se envía. Esto dista de ser verdad, de hecho es mucho más fácil espiar el correo electrónico que el correo postal, dado que, el correo electrónico termina siendo un archivo en algún o algunos equipos en la red, a medida que viaja a su destino final.
Con lo dicho anteriormente, no se debe pensar que cada mensaje que se envía es leído por alguna persona distinta a la que en realidad se le envió el mensaje, pero existe la posibilidad de que un mensaje que viaja por la red pueda ser revisado.
Tarde o temprano, se necesitará enviar información sensible por correo electrónico, entonces habrá que utilizar algún método para cifrar la información de manera tal que sólo el receptor del mensaje pueda descifrarla.